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Casa Rosa

José Ignacio | Uruguay | 1995 | 500 m2

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fotos
Ancla 1

Jefe de proyecto: Irene Joselevich, Arq.

Premio Bienal de arquitectura CPAU/SCA 2000

 

 

Ubicado en la cima de una colina, dentro de un paisaje arrollador y apabullante se planteó una arquitectura contemporánea que se integrara en ese campo virgen sin que fuera una intervención agresiva para ese paisaje, sino que se integrara a la geografía armónicamente.

Los terrenos están ubicados a quince kilómetros del pueblo más cercano y se accede por un camino serpenteante entre suaves colinas de campo, que cruza aislados bosquecitos de eucaliptos y espinillos. La referencia más cercana resulta un horizonte de 360 grados de sierras y mar.

Amante de la naturaleza y de la vida al aire libre, la familia de la casa es numerosa y está compuesta por hijos de edades diversas, que comparte vacaciones con amigos y amigos de sus hijos. Para ser usada en vacaciones de verano y de invierno, el programa de la casa incluye una pileta y quincho para los asados, un parque -desarrollado por la clienta, una aficionada al jardín-, un galpón y la vivienda para caseros.

La vastedad del paisaje y la necesidad de definir los límites de un lugar que abarcara todo este programa, llevaron a definir una circunferencia de ochenta metros de diámetro que delimitara el parque del jardín. Siguiendo la tradicional manera de cercar los predios en los campos antes del uso del alambrado, se construyó una pirca de piedra que contiene el parque y en su centro está la casa.  En sus bordes, el resto del programa se ubicó según las orientaciones de los vientos y las vistas para definir el espacio.

La inclusión de la galería y la definición de su escala delimita una mitad de la casa cerrada y otra, abierta. Así surge una casa lineal con doble orientación de una escala que refuerza la creación de límites y la caracterización de los espacios exteriores, cortando las vistas, creando un delante y detrás de la casa con vistas a la sierra, al jardín o al mar.

Desde lejos, la casa se percibe como una línea en el paisaje,  los colores de los materiales de las tejas, la madera y la piedra tienen el mismo color que la tierra de las sierras.

También se buscó una particular calidad en los espacios, que combina la solidez de distintos materiales nobles y una transparencia que atraviesa toda la casa: los muros espesos de piedra de sesenta centímetros (extraída de una excavación de la península de Punta del Este), la estructura de madera y las carpinterías, hechas de lapacho brasilero, al igual que las tejas y el piso de la terraza que son ladrillo refractario.

Así, fuerza y rusticidad de los muros de piedra con la transparencia y la escala de los vanos calibran la simplicidad del diseño con un rigor cuidadoso de los detalles y calidad en la construcción.

memoria

Project chief: Irene Joselevich, Arq.

Biennial Architecture Award CPAU/SCA 2000

Located on the top of a hill, within a sweeping and overwhelming landscape, a contemporary architecture was proposed that would be integrated into that virgin field without being an aggressive intervention for that landscape, but that it would be integrated harmoniously into geography. The land is located fifteen kilometers from the nearest town and is accessed by a meandering path between gentle countryside hills, which crosses isolated eucalyptus and pimple groves. The closest reference is a 360 degree horizon of mountains and sea.

Lover of nature and outdoor life, the family of the house is large and consists of children of various ages, who shares vacations with friends and friends of their children. To be used in summer and winter vacations, the house program includes a pool and barbecue for the roasts, a park -developed by the client, a fan of the garden-, a shed and the house for landlords. The vastness of the landscape and the need to define the boundaries of a place that encompasses this entire program led to the definition of a circle of eighty meters in diameter that delimited the garden park. Following the traditional way of fencing the fields in the fields before the use of the fencing, a stone pirca was built that contains the park and in its center is the house. At its edges, the rest of the program was located according to the orientations of the winds and the views to define the space.

The inclusion of the gallery and the definition of its scale delimits one half of the house closed and another, open. Thus a linear house with double orientation of a scale arises that reinforces the creation of limits and the characterization of the exterior spaces, cutting the views, creating a front and back of the house with views of the mountains, the garden or the sea. From a distance, the house is perceived as a line in the landscape, the colors of the materials of the tiles, the wood and the stone have the same color as the land of the mountains.

A particular quality was also sought in the spaces, which combines the solidity of different noble materials and a transparency that crosses the entire house: the thick stone walls of sixty centimeters (extracted from an excavation of the peninsula of Punta del Este), the wooden structure and carpentry, made of Brazilian lapacho, as well as the tiles and the terrace floor that are refractory brick.

Thus, strength and rusticity of the stone walls with the transparency and scale of the openings calibrate the simplicity of the design with a careful rigor of the details and quality in the construction.

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